El anís, (del griego anisemi) es como todos sabéis, un licor destilado a base de una planta llamada 'Pimpinella anisum' que ronda entre los 30º y los 55º de graduación facciosa. Y siempre viene presentada en botellas cuando menos... especiales, en su diseño.

La presentación más típica es esta en la que parece una botella de sifón con más de cuarenta años, lo que le da ya desde el principio de tus sensaciónes con esta bebida un inconfundible toque tradicional de alcohol en producción serial. Resulta que en tiempos remotos, a la peña le daba por coger un palitroque similar a un lapicero y frotarlo con los rombos en relieve de la botella de anís mientras cantaban villancicos, tal era el pedo que llegaban a agarrar.
Lo encontraréis siempre en las botellas del archiconocido anís Del Mono. El segundo más conocido en España es sin duda el Chinchón, eterno placer de las mujeres premenopausicas, antigua moneda de cambio a base de tragos en juegos de cartas (así acababan) y de hecho la marca con la presentación más pobre de las que he visto, y no porque sea especialmente sosa, pero comparando... si las habeis visto entendereis porqué.
La que merece mención especial, es la del Anís Tenis, que sea probablemente la mejor destilería de anís. Tan solo echad un ojo a la acojonante presentación que se trae.


Desde que fue encontrada en los áridos de Oriente, esta planta ha sido aprovechada por la Humanidad y exportada por todo el mundo. En España es en la actualidad y desde hace siglos donde existe la mayor industria y provecho de anís en el mundo, ya que esta bebida sin duda conecta con la idiosincracia española del beber.
Las señoras de antes, sí, las longevas, las que dan más porculo que una caja de supositorios, solían ser asiduas tambien a estas bebidas. Coincide casualmente con la generación de las viudas, además de bebida para hombres duros, ¿será tambien la bebida de las mujeres duras? ¿no tienen fin las ventajas del anís?
Cuando de niño mordisqueaba esos dulces de anís que me daban, no tenía ni idea de qué estaba ingiriendo, y décadas despues, en la madurez y la experiencia veo que es algo más que un dulce elixir. Quizá deberiamos educar a nuestra descendencia en el aprecio y culto al anís, al infravalorado y polivalente, cojonudo y extremo anisette. El destilado español por excelencia, el trago de los grandes.

Respecto a mis experiencias personales con el anís... qué puedo decir. Supongo que a nadie aquí le disgusta esa sensación abrasiva en la garganta tras un caliche de un buen destilado, y el anís seco alicantino, con seguridad el mejor que vayais a probar en vuestras vidas, es el que mejor me da esa sensación. Junto a una botella de anis seco no conocerás el frio, ni la desidia, ni la sobriedad de hecho pero ¿a quién le importa? en cualquier caso no iba a decir nada con sentido.
Un trago de anís antes de una buena comida,y otro trago después. Un traguito antes de escribir y varias docenas de traguitos mientras lo hago. Emborracharse de anís os diré que no es emborracharse de cualquier cosa... te espera una resaca criminal, aparte de todo lo delictivo que hagas bajo sus efectos. Lo bueno es que borracho de anís otra cosa que no conoces es la fatiga.
Mi recomendación: Soy de gusto de bebidas secas, especialmente en el anís de modo que a los que os vaya el rollo dulce haced caso diametralmente opuesto a lo que yo diga a este respecto. Y es que el anís La Castellana es acojonantemente dulce y sólo tiene 22º... para mi fue deprimente pero oye, si a alguno os sirve... si por otro lado sois iberos de gaznate de acero, os recomiendo el anís Tenis.
Es lo mejorcito de anís que vais a probar en la vida, y accesible a cualquier bolsillo.
Ya os digo que para mí es un disfrute muy muy especial. Y para Nuestros amigos FALLEROS que hos voy a contar...
De modo que ya sabéis, que estamos ante una bebida muy a tener en cuenta para nuestros disfrutes íntimos o colectivos, en íntima reflexión o animada conversación, en familia y en amistad, que hará nuestras delicias y nos pondrá en nuestro sitio, porque el alcohol es 'al corazón de los arrogantes pendencieros como el fuego de la forja al hierro' y los 48º a los que alcanza mi variedad preferida no son para subestimarlos.
¡Un buen calichazo de anís a vuestra salud!
¡Un buen calichazo de anís a vuestra salud!
Me encanta, una del mono a tu salud
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